lunes, 4 de septiembre de 2023

Déjà vu

Hoy, luego de que mi mente y cuerpo decidiera detenerse sin mi consentimiento, repasé literalmente entre mis líneas y me veo inserta en un Déjà vu. Hace 10 años estaba en una situación similar a lo que vivo con la diferencia que no había consecuencias infaustas que afrontar, sólo muchas preguntas sin respuestas, la que quizás nunca debí pensar sino sólo hacer lo correcto, pero ¿Qué es lo correcto? Hay tanto que quiero vivir, sentir, experimentar, pero estoy cansada, si tan sólo como en efecto mariposa pudiera hacer pequeños cambios a lo que ya pasó para que nadie se viera afectado, pero esas cosas sólo pasan en las películas, y del pasado ya nada se puede borrar. Hoy la revelación de una potente voz me tiene aferrada a un amanecer distinto que mantiene palpitando mi corazón, pero me detengo, miro alrededor y me doy cuenta que estoy viviendo exactamente el mismo escenario de hace 10 años, sólo que los personajes son diferentes y debo tomar decisiones para que la historia esta vez sí tenga un final feliz, pero los recuerdos pesan y hacen que lágrimas caigan de nuevo al pensar que las consecuencias que llevaron a la “pesadilla” de hace un año, quizás siempre se pudieron evitar, porque no es un sueño, es una triste realidad que marcó mi vida para siempre, quizás mañana sea sólo una cicatriz para ver y recordar no correr, mientras avanzo recordando las montañas, los sueños, y muchas conversas que quedaron a medias, para no volver a dejar nada inconcluso y caminar sin dudar.

Es de madrugada, ya comenzó el 4 de septiembre que quería retrasar, sentía miedo, pero ya lo estoy viviendo, y quizás así será hasta que me toque partir, miles de escenas de las muchas posibilidades que pudieron haber cambiado la realidad, hasta la culpa golpea la puerta una vez más… sólo quiero no pensar, pero ¿Cómo se hace? Soprepienso siempre todo y ahora más, no quiero dar pasos en falso, y es que no se trata sólo de mí, se trata de todo mi entorno, tras cada acción hay una consecuencia para algo o alguien en el universo, y hay que ser responsable, y puede que esa justamente sea la clave.

A diferencia de mi escenario hace 10 años, ahora el camino se ve llano y en paz, pero la paciencia y yo jamás hemos sido amigas, y la necesidad de reemplazar recuerdos y encasillar nuevas fechas me quieren hacer correr, pero por algo existe el refrán “Quien caminando lleva prisa, en camino llano tropieza” y me debo aquietar, retomar buenas costumbres, esperar mientras todo sucede como ya fue escrito en la eternidad para mí, vivir realmente un día a la vez y que las noches dejen de ser para repasar vivencias tras escuchar los gritos de las consecuencias del desvío por mí capricho, y realmente sean para descansar, porque la diferencia es que ya no avanzo a ciegas, porque el camino ya fue iluminado.